Hay un sinfín de razones por las que deberías hacer tus prácticas en el extranjero, pero para reducirlas, aquí tienes algunas esenciales. Hacer tus prácticas en el extranjero te ayuda a adquirir experiencia en tu campo de estudio. Te ayuda a tener una mejor visión de tu profesión elegida a través de trabajos en grupo en la oficina. Esta experiencia también mejorará tu currículum, lo que te diferenciará de otros con los que compites.
En segundo lugar, te ayudará a aumentar tu confianza. Las culturas y las normas difieren de un país a otro, por lo que estar en otro país te permitirá aprender diferentes formas de trabajar. Esto puede ser todo un reto, por lo que aumentará tu confianza y te garantizo que después de tus prácticas en el extranjero serás capaz de enfrentarte a cualquier reto.
Te permite ser diferente a los demás. Estudiar en el extranjero es una experiencia poderosa y transformadora que, a escala nacional, muy pocos estudiantes deciden hacer. Si a eso le añades unas prácticas en el extranjero, no sólo habrás vivido en un nuevo país, sino que también habrás conocido un mercado laboral extranjero, lo que te diferenciará de la mayoría de tus compañeros. Unas prácticas en el extranjero suponen una mayor inmersión cultural y una oportunidad para adquirir unas habilidades globales que no se pueden conseguir con unas simples prácticas en casa.
La conciencia cultural es otro beneficio. Vivimos en un mercado laboral internacional y tener una perspectiva mundial te ayudará a relacionarte con la gente dentro y fuera del lugar de trabajo. Tener conciencia global reforzará tus habilidades blandas, como la comunicación y la actitud positiva.
Hacer las prácticas en el extranjero te ayudará a tener capacidad de adaptación. Cualquiera que haya vivido o hecho prácticas en el extranjero te dirá que nada te hace aprender más rápido que sumergirte en un nuevo país. Te adaptarás rápidamente para comprender los matices de una nueva cultura, el idioma e incluso el comportamiento en el lugar de trabajo.
Esta es una de las grandes, la independencia. Vivir en otro país te dejará con muchas responsabilidades personales y a tu cargo. Hacer una pasantía por tu cuenta te da una sensación muy real de independencia y empoderamiento.
Prueba un campo profesional. Es difícil saber si te gusta el campo profesional que has elegido hasta que experimentas cómo es el trabajo diario en él. Unas prácticas te permiten hacer una «prueba» mientras adquieres experiencia para hacerte una idea de lo que te gusta y lo que no te gusta de tu sector. Si al final necesitas reevaluar en qué quieres centrarte después de la graduación. De todos modos, has adquirido unas habilidades transferibles estupendas y has podido viajar.
¿No queremos todos aprender un idioma más? Las prácticas en el extranjero mejoran las habilidades lingüísticas. Sumergirte en un país de habla no inglesa te obligará a aprender el idioma y te ayudará con tu fluidez. Esto te ayudará a encajar mejor.
Crea una red internacional. Nunca se tiene demasiada gente en la red. Durante tus prácticas en el extranjero establecerás contactos con tu empresa de acogida, con otros becarios y con otros líderes de tu sector en el extranjero.
Además, ¡es divertido! Unas prácticas en el extranjero pueden describirse como muchas cosas: exigentes, que cambian la vida, emocionantes, angustiosas, pero también serán siempre divertidas. Unas prácticas en el extranjero son una divertida aventura llena de nuevas habilidades, vistas impresionantes, amistades duraderas y toneladas de recuerdos.